miércoles, 31 de octubre de 2012

martes, 30 de octubre de 2012

Sobre el cuerpo



Contagio y transfusion. Dibujo grafito sobre durex


En la vida cotidiana, se presenta un modelo de cuerpo ideal, eternamente sano y joven el cual todo sujeto intentará seguir, gestionando su propio cuerpo llevándolo a su nivel máximo de rendimiento como  si se tratase de una maquina. se busca trascender la materia a cualquier costo para perfeccionar cada aspecto de la existencia en el terreno físico. Cuestiones como la juventud, la belleza, una salud optima, una figura ejercitada pasan a ser puntos de preocupación para el hombre.
Por todo ello, la negación de la vejez y de la muerte adqueiren un papel tan importante. Son los elementos que ponen en evidencia la fragilidad del ser humano, al estar constituido de carne y no poseer mas que un control restringido sobre su existencia.
En este panorama, la medicina ha jugado un papel fundamental al considerar el cuerpo como mero receptáculo de la enfermedad, al entender al hombre  como propietario de un cuerpo que tiene nos caminos biológicos propios y autónomos. La medicina ha olvidado al sujeto y a su historia, su medio social y la relación del deseo, la angustia y la muerte con la enfermedad, para centrarse únicamente en el  funcionamiento del mecanismo corporal. La medicina se convirtió en vez de una ciencia que estudia el hombre en un saber estructurado sobre la anatomía y la fisiología.

El cuerpo ha sido despojado de su carácter simbolico, ya no deambula en una dimensión imaginaria, se le ha desprendido su valor moral. Se ha descompuesto, fragmentado, cercenado, mutilado, no resultando de él más que un conjunto de elementos intercambiables cuando no funcionan correctamente.
El cuerpo ya no es el rostro de la identidad humana. Ahora no es más que una agrupación de órganos, una suerte de vehiculo del que dispone el hombre, y que no tiene ningún reparo en desmontar y sustituir estas piezas a su antojo por otras de la misma clase.

En este sentido, si el cuerpo deviene máquina escaparía  a la precariedad de su existencia, la muerte ya no seria una amenaza y sus partes se irían renovando conforme vayan desgastándose.

La medicina hace de la muerte un hecho inaceptable que hay que combatir, para ello se multiplican y mejoran continuamente los servicios de reanimación donde se concreta de un modo harte elocuente el hombre-máquina. Una máquina que hay que vigilar, controlar e impedir que se estropee y, donde el médico a manera de mago supremo, decide hasta cuando puede durar esa existencia. La medicina se olvida del ser humano que habita el cuerpo y con dichas practicas mas que prolongar la vida, lo que consiguen es instauran la muerte en vida. 


Reincorporacion



"El cuerpo es comparable a una frase que nos invitara a desarticularla, para recomponer, a través de una serie de anagramas infinitos, sus verdaderos contenidos" (Hans Bellmer, Anatomía de la imagen).